RADIOGRAFIA DE LA ALIMENTACIÓN EN PANDEMIA
Los hogares chilenos tienen un patrón alimentario poco saludable, con un alto gasto en productos como bebidas azucaradas y dulces y un consumo de frutas, verduras, pescados y legumbres que no alcanza para cumplir las recomendaciones para una alimentación saludable. Así lo evidenció el estudio “Radiografía de la Alimentación en Chile”.
Los datos del estudio muestran que, en un hogar promedio en Chile, compuesto por 3,3 personas, se compran mensualmente 23,4 litros de bebidas azucaradas, 17,5 kilos de pan y 5,1 kilos de dulces. En contraste, se consumen 14,1 kilos de verduras, 9,9 kilos de frutas y solo 700 gramos de legumbres al mes. Si lo anterior lo llevamos a consumo promedio mensual por persona, esto equivale a 7,1 litros de bebidas, 5,3 kilos de pan, 1,5 kilos de dulces, 4,2 kilos de verduras, 3 kilos de frutas y 212 gramos de legumbres.
Con esas cifras es posible observar que a nivel nacional no se cumplen las recomendaciones de consumo por persona de verduras (tres porciones diarias), frutas (dos porciones diarias), legumbres (al menos dos porciones a la semana) ni pescados (al menos dos porciones a la semana). Esta situación se repite en los hogares de todos los quintiles de ingresos.
En cuanto al efecto de la pandemia en la alimentación, los entrevistados aseguraron que ha aumentado el consumo de productos no saludables como pizzas, galletas, pastas y bebidas azucaradas, entre otros, y relacionaron la ingesta de estos productos a mayor “ansiedad” y/o “aburrimiento”.
Igualmente, en hogares de ingresos medios y nivel educativo alto, con mujeres a cargo a la gestión de la alimentación, afirmaron que la pandemia les otorgó más tiempo para planificar y preparar sus comidas, lo que redundó en una alimentación más saludable y diversa, incluyendo más frutas y verduras.
En ese sentido, es importante mencionar que “nos encontramos en un grave problema, 3 de cada 4 adultos y la mitad de los escolares tienen obesidad y sobrepeso, eso nos pone en una situación a nivel mundial muy compleja comparado con otros países”, “los mayores gastos en alimentación están en pan, carne de vacuno, en dulces, en bebidas y verduras.
“Tras los resultados, podemos valorar que es muy importante seguir impulsando políticas públicas para aportar al consumo de frutas y verduras. En segundo lugar, que hay que promover el reducir las porciones y reducir el consumo de alimentos como el pan, y reducir o eliminar el consumo de bebidas azucaradas. Y, por último, muy importante destacar que las familias del estudio, si bien entienden qué es la alimentación saludable y le dan relevancia a la salud nutricional, durante la pandemia señalaron que habían aumentado el nivel consumo de alimentos ultra procesados y comida chatarra, relacionado al estrés o la ansiedad que generó el confinamiento”.
Unidad de Nutrición
H.R.A.V.