Alimentación y manejo del estreñimiento del paciente Postrado
Algunas familias se encuentran en la difícil situación de tener a un ser querido en postración. ¿Conoces a alguien que viva esta realidad? ¿Es tu caso, alguien cercano a ti está en esta situación? Antes, respondamos lo siguiente: ¿qué es un paciente postrado?
Se trata de una persona que por alguna razón (enfermedad, accidente o edad avanzada) permanece inmóvil en la cama. Es una situación que no solo cambia la vida del paciente, sino también la de sus seres queridos más cercanos, sobre todo de aquellos quienes estarán más al pendiente de sus cuidados.
Un paciente en postrado requiere de asistencia en sus cuidados básicos: higiene, atención al cuerpo, vestido y necesidades fisiológicas.
En cuanto a la alimentación de los pacientes postrados, el cuidador se debe ocupar de que el enfermo diariamente tome abundantes líquidos, sea agua, jugos, sopa, aunque el paciente refiera no tener ser, ya que puede tener disminuido el reflejo de la sed, o tener miedo a beber, debido a que se ahoga. La dieta debe ser alta en proteínas para fortalecer su tejido muscular y la piel. Estas se encuentran en las carnes rojas, el pescado azul (sardinas, anchoas, atún), los huevos, la leche y los vegetales frescos. Las proteínas deben constituir al menos un 25 por ciento del consumo total diario. Igualmente, los hidratos de carbono deben consumirse en menor proporción (un 20%). Estos son agradables en sabor, pero aportan una sensación de saciedad, por lo que no conviene que el enfermo los consuma en exceso y pierda el apetito para comer alimentos ricos en proteínas como las papas, lentejas, garbanzos, habichuelas, pastas y el arroz, entre otros. También, las grasas pueden formar parte de la comida del enfermo porque mejoran el sabor de los alimentos, además de realizar funciones específicas, como servir de vehículo a las vitaminas liposolubles. Además, reducen la secreción ácida del estómago y regulan su actividad muscular. Son preferibles el aceite de oliva, el salmón, la sardina, etc. Las frituras no se recomiendan porque pueden producir trastornos digestivos.
Algunas recomendaciones para este tipo de pacientes son:
- La alimentación es muy importante ya que la carencia de nutrientes aumenta la posibilidad de formación de úlceras.
- Si no toma una dieta completa, consultar con su médico la posibilidad de dar suplementos proteicos.
- Se debe colocar al enfermo en una postura adecuada, para evitar riesgo de aspiración, idealmente con la cabecera en 45°.
- Es fundamental realizar modificaciones de la dieta dependiendo de cada paciente, en cuanto a consistencia y digestibilidad, para que de esta forma sea más fácil y agradable de digerir.
- La dieta deber ser variada, rica en proteínas, vitaminas y minerales que facilitan la regeneración de los tejidos.
- Asegurar un aporte diario de fibra para mantener un ritmo intestinal suficiente con frutas, verduras y legumbres. Un vaso de jugo de fruta ayudará a estimular la actividad del intestino, previniendo el estreñimiento.
- El consumo de líquidos debe ser 1,5 a 2 litros al día como mínimo, salvo que existan contraindicaciones.
- Administrar espesantes si fuera preciso para lograr la ingesta requerida de líquidos.
- Terminada cada comida vigilar el estado de limpieza de la boca y/o de las prótesis dentales si las tuviera.
- En caso de estreñimiento, debe tomar todos los días frutas, hortalizas y pan integral. Esta alimentación es rica en fibra y ayuda a retener agua, con lo que las heces son más fluidas. Evite la utilización de laxantes irritantes pues puede conducir a alteraciones intestinales y puede crear hábito.
- A continuación se detallan algunos alimentos con alto contenido en fibra que puede tomar el paciente, si no existe contraindicación médica: aceitunas, palta, alcachofa, apio, arroz integral, brócoli, cebolla, ciruela, col de Bruselas, coliflor, fresas, higos, acelga, espinaca, legumbres, naranjas, pan integral, pasta integral, pera, pimientos, puerro, remolacha, zanahorias, etc.
- No dejar totalmente en decúbito supino al enfermo inmediatamente después de comer evitando reflujos de jugos gástricos, hasta pasados 30 minutos después de la ingesta.