Omega 3 es un ácido graso, no saturada, que no son producido por nuestro cuerpo y que,
por tanto, debemos incorporar al organismo mediante la alimentación.
Muchas de las investigaciones científicas demuestran que el consumir ciertas dosis de
estos ácidos grasos podría tener un efecto benéfico en nuestro organismo. A nivel
cardiovascular posee propiedades antiinflamatorias, en enfermedades como lupus
eritematoso, diabetes mellitus tipo 2, cáncer, arteriosclerosis, hiperlipidemia, disminuyendo
los triglicéridos, síndrome metabólico, entre otras.
A nivel del sistema nervioso, ácidos grasos omega 3 tiene importantes repercusiones en
diversas funciones cerebrales tanto durante la gestación como en etapas tempranas del
desarrollo, ya que presentaron mayor coordinación y memoria comparados con niños de
madres sin suplementar ante pruebas de habilidades cognitivas.
Actualmente, se encuentran una gran variedad de suplementos en cápsulas con omega 3
y/o junto con vitaminas, minerales y otras sustancias; además de diversos alimentos
fortificados con omega 3, pero más importante el disponible naturalmente en los alimentos,
como por ejemplo el presente en pescados y mariscos.
La dosis
Pero.. ¿Importa qué tipo de pescado consumes?
Importa, ya que muchos tipos de mariscos contienen pequeñas cantidades de ácidos
grasos omega 3. Los pescados grasos son los que más contienen ácidos grasos omega 3 y
parecen ser los más beneficiosos para la salud del corazón.
Algunas buenas opciones de pescado rico en omega 3 son estas:

● Salmón
● Sardina
● Caballa del Atlántico
● Bacalao
● Arenque
● Trucha de lago
● Atún enlatado en agua

Importante no solamente los pescados son una buena fuente de omega 3, si no que hay otra variedad de otros alimentos que lo contiene:

● Semillas de lino y aceite de linaza
● Nueces
● Aceite de canola
● Soja y aceite de soja
● Semillas de chía
● Verduras de hoja verde
● Cereales, fideos, lácteos y otros alimentos fortificados con ácidos grasos omega-3